Navegación segura

 Internet es una red de redes. Lo hemos oído millones de veces. Miles de ordenadores conectados entre sí por todo el planeta.

Estamos tan acostumbrados a conectarnos a internet que pocas veces nos preguntamos cómo funciona por dentro, y aquí es donde entran los protocolos, y más concretamente los protocolos de red, unas reglas que permiten que dispositivos y computadoras con configuraciones distintas se entiendan entre sí.

Para que Internet funcione son necesarios varios protocolos, como TCP e IP, que regulan el envío y recepción de datos entre computadoras. También son populares POP y SMTP, que gestionan el correo electrónico.

Y para la navegación web tenemos el HTTP, que regula la transferencia de hipertexto, las páginas web a las que accedemos constantemente desde computadoras, smartphones, consolas y televisores inteligentes.

Si bien el protocolo HTTP ha sido y es muy práctico debido a su sencillez y efectividad, por desgracia también es poco seguro, ya que puede ser manipulado desde fuera o ser interceptado para espiar los accesos de usuarios a una página específica.

La solución, con el tiempo, ha sido implementar un protocolo más seguro, HTTPS, que emplea el mismo HTTP pero le añade una capa de seguridad mediante cifrado (SSL o Secure Sockets Layer).

Esto significa que la información entre tu navegador y el servidor de una página web no viaja tal cual si no que lo hace codificada. Si alguien interviene tus comunicaciones, las de tu proveedor de internet o el responsable de la página web a la que accedes, le será más complicado saber qué información es ésa.

Cómo comprobar que accedemos por HTTPS

Hoy en día, para comprobar la seguridad de una web, sólo tienes que fijarte en el candado a la izquierda de una dirección URL. Si hay candado o aparece el mensaje Seguro o Conexión Segura, estás accediendo a ese sitio web vía HTTPS.

Si buscas más información, al hacer clic en el icono con forma de candado de la barra de direcciones de tu navegador podrás acceder al certificado de seguridad que indica el cifrado de la conexión HTTPS.

Google Chrome no da acceso directo al certificado, pero Safari y Firefox sí. En cualquier caso, todos los navegadores actuales verifican ese certificado de seguridad (que sea de una entidad fiable, que no haya caducado…) y te avisan si la página es o no segura e incluso si es peligrosa o poco fiable.

Hay complementos para el navegador que te permiten solicitar el protocolo HTTPS en cualquier página web, sea o no conocida. El más popular es HTTPS Everywhere, que funciona en Firefox, Chrome, Opera e incluso en Firefox para Android. Como aliciente, tiene el apoyo de la Electronic Frontier Foundation, una organización sin ánimo de lucro que vela por la privacidad y la libre expresión en internet.



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